miércoles, 4 de junio de 2008

Otra mirada sobre el calentamiento global

EL CAMBIO DEL CLIMA NO ES CULPA DEL HOMBRE

EL HOMBRE NO TIENE LA CULPA

“El calentamiento global existe, es algo natural y es beneficioso para el hombre, que es de sangre caliente y surgió de algún lugar de lo que hoy es Africa”. En medio de tanto mensaje catastrofista sobre futuros cataclismos naturales vinculados al cambio climático, la afirmación anterior suena a disparate. Sin embargo, Eduardo Pire, profesor de Ecología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) e investigador del Conicet, argumenta que el calentamiento sucede a un enfriamiento anterior del planeta, la denominada Pequeña Edad de Hielo, un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX y puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada Óptimo climático medieval. “Ahora estamos yendo hacia un período de elevación de la temperatura del planeta que es normal y lógico”, afirma. Y para fundamentar su posición, contrapuesta al discurso mayoritario que centra las causas del fenómeno en la acción del hombre y las crecientes emisiones de dióxido de carbono y otro gases, Pire sostiene que hasta ahora no hay investigaciones ni herramientas disponibles para poder aseverar tal cosa.
El especialista rosarino no está solo. Aunque el mensaje de los medios masivos sea otro, en el resto del mundo son muchas las voces que ponen en duda el discurso dominante y cuestionan nada menos que las hipótesis defendidas por los últimos ganadores del Premio Nobel de la Paz: el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore y el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change, de la ONU). Sólo basta con bucear en Internet para descubrir una controversia que abarca a todos los continentes y suficientes diferencias de opinión como para generar dudas.
“Si usamos el combustible fósil, significa que ese carbono ya estuvo en la atmósfera. Es cierto, ahora lo liberamos una tasa mucho más alta y sólo por esa razón también se lo ha estigmatizado. El calentamiento global se toma casi como una las plagas de Egipto, que azotaban a la humanidad porque el hombre se había portado mal”, compara Pire, en cuanto al perfil que tomó la discusión.
“Los pronósticos de corto plazo fallan porque no hay estudios que prueben las tesis dominantes sobre el calentamiento global. Entonces, si no podemos saber qué va a pasar la semana que viene, ¿cómo podemos adelantar lo que va a suceder en cien años?”, pregunta el especialista, quien en todo caso sostiene que para los cambios de temperatura hay que prestar atención al sol y a la masa oceánica, la gran reguladora térmica y de las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico

Sin pronósticos a la vista

Fuertes temporales o pedradas como la de noviembre de 2006 en Rosario, junto con las nevadas y heladas del último invierno parecen reforzar la idea de que el clima se volvió impredecible. Sin embargo, sin desechar la idea de cambio, Pire no cree que se trate de rarezas.
“El granizo de 2006 se convirtió en un fenómeno porque se produjo en Rosario y en consecuencia los destrozos afectaron a gran cantidad de personas, pero no es el primero que sucede en la región pampeana. En distintas zonas de Córdoba hay granizadas que dejan animales muertos y arrasan la corteza de los árboles. En este caso, el granizo se corrió en el mapa”, asegura.
De la misma manera, asegura que las nevadas de julio en la zona sur de Santa Fe y sobre todo en Buenos Aires también han tenido lugar en otros momentos. El mismo rastreó datos y encontró que registros de nevadas tanto en el siglo XVIII como en el siglo XX. Además, nadie recuerda la nevada de 1974 como un antecedente de catástrofe climática.
De paso, el especialista remarca que tras el benévolo invierno de 2006 vinieron las bajas temperaturas de la misma estación en 2007. “¿Dónde quedaron los que decían que ya no íbamos a tener más inviernos?”, pregunta Pire, al tiempo que insiste en que el calentamiento del planeta es “beneficioso para el hombre, que es un animal de sangre caliente y cuando la temperatura del medio es más cálida pierde menos energía y funciona mejor”.

¿Quién emite más CO2?

El uso masivo de los combustibles fósiles es sinónimo de la era industrial y a eso se suma una coincidencia temporal entre el incremento de temperatura y la concentración de CO2 atmosférico. Ahora bien, ¿es la actividad humana responsable de un cambio en el clima por el incremento de dióxido de carbono en el aire?.
Según el IPCC, no hay dudas de que la actividad humana determinó el incremento de CO2 en el aire como resultado de la combustión de combustibles fósiles, y también sostiene que los océanos se están calentando de manera significativamente en respuesta al calentamiento global de la atmósfera.
Al respecto, Pire advierte que algunas erupciones volcánicas representan emisiones de dióxido de carbono desproporcionadas en comparación con la actividad del hombre. Pueden verter en unos días en la atmósfera tanto CO2 como todos los motores de explosión del mundo en años y, al mismo tiempo, inyectar millones de toneladas de polvo en la alta atmósfera. (ACA ME GUSTARÍA EXPLICAR LA RELACION CON EL AGUJERO DE OZONO)
Opiniones en esa dirección no faltan. Ya en 1994, Bob Balling, de la Universidad de Arizona, un renombrado y respetado climatólogo, sostenía que “la mayor parte del calentamiento ocurrió antes de que el montón de gases de efecto invernadero fueran añadidos a la atmósfera, en la década de los años 20 y del 30. El nivel de calentamiento ha sido también bajo para ser consistente con las predicciones catastróficas. Muchos otros factores más que el alza en la concentración de CO2 cuentan para la tendencia y variaciones en la temperatura del planeta. En añadidura, este calentamiento no ha ocurrido en los lugares correctos para que sea congruente con los modelos (por ejemplo, la región Ártica). Mas aún, la mayor parte del calentamiento ha ocurrido en la noche, lo cual no esta contemplado en la teoría del invernadero”.
En tanto, Tom V. Segalstad, de la Universidad de Oslo, afirmó en un documento presentado en 1992 en la Chapman Conference en Hawai: "Al menos 96% del CO2 de la atmósfera actual, viene de fuentes diferentes a los combustibles fósiles; esto es, de las jóvenes fuentes volcánicas naturales marinas. Por lo tanto, de la cantidad total de CO2, la desgasificación marina (erupciones volcánicas) es mucho más importante y la combustión de combustibles fósiles y biogénicos es mucho menos importante que lo que se asume hasta el momento”.
Precisamente el estudio de los océanos es otra materia pendiente, dice Pire. Sin embargo,
la propaganda del calentamiento global y el efecto invernadero proliferó al punto que
la ciencia del clima basada en los estudios de ciclos solares astronómicos, oceanográficos y geológicos, entre otros, y su correlación de los cambios de clima a largo plazo fue relegada.
Así y todo, en agosto de 1995, la Asamblea General de la Asociación Internacional de las Ciencias Físicas de los Océanos, que tuvo lugar en Hawai, concluyó en lo siguiente: “No existe una tendencia al calentamiento en los océanos y no la ha habido en los pasados 50 años. Hay lugares en los océanos que son más cálidos que otros por períodos de tiempo que llegan a ser décadas, pero estas aguas son más templadas cuando otras áreas oceánicas se enfrían. Estos períodos se asemejan al ciclo de manchas solares de 11 años y es difícil no establecer una relación. Todavía, de todas formas, no hay una tendencia de calentamiento o enfriamiento en ningún océano, incluyendo el océano cerca del Antártico”.
También señaló que el calentamiento de verano de los océanos, originados por fenómeno climático conocido como "El Niño" hacen a los océanos una fuente de CO2. “La consecuencia de esto es que hay mucho mas CO2 producido en los océanos que lo que hasta ahora se cree”, advirtieron.
Por último, los oceanógrafos dejaron un mensaje que se escucha cada vez con más frecuencia: “Hay un largo camino por recorrer antes de que realmente podamos entender todas las interacciones, los caprichos y los productos del tiempo meteorológico y el clima. Más aún, es claro que el ser humano está en el último orden de magnitud, en números, de convertirse en una «fuerza geofísica en la Tierra» si es que lo es”.

Los últimos mensajes rebeldes

En marzo de 2007, el Canal 4 de TV del Reino Unido emitió un programa titulado “The great global warming swindle (El gran fraude del calentamiento global), que dura 90 minutos y cuestiona el punto de vista ampliamente aceptado de que las emisiones de dióxido de carbono producidas por el hombre son las responsables del calentamiento del planeta. El filme, en el que aparecen importantes científicos, apunta hacia la reciente investigación de que la radiación solar puede ser un factor más verosímil en el cambio climático, es decir, que el sol es el que calienta el planeta. No es el hombre “el culpable”, sino un proceso natural. Además, sugiere que la reducción de las emisiones de carbono no sólo tendrá poco impacto en el ambiente, sino que además puede tener repercusiones para el desarrollo del Tercer Mundo.
En tanto, en diciembre de 2007 se celebró en Bali, Indonesia, la última conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático. Esta vez, un centenar de reconocidos científicos de varios países que, en algunos casos, han integrado el IPCC, envió una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon en la que cuestionan la posición del organismo en el tema.
“No es posible detener el cambio climático, un fenómeno natural que ha afectado a la humanidad a lo largo del tiempo. Testimonios geológicos, arqueológicos, orales y escritos dan fe de los dramáticos problemas que plantearon a las sociedades del pasado cambios imprevistos en la temperatura, las precipitaciones, los vientos y otras variables climáticas”, sostienen en el escrito en el que no dudan en apuntar al trabajo del IPCC. “En particular, no se ha demostrado que sea posible alterar el clima mundial a través de recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a los humanos”, consideran los firmantes, que advierten que esas reducciones “causarán un desarrollo más lento” y en consecuencia, es probable que “aumente el sufrimiento humano en las países subdesarrollados debido a las políticas hegemónicas fundamentadas en el cambio climático”.

Entrevista al Ing. Agrónomo Eduardo Pire
Escribe: Daniela Colonnello
ROSARIO EXPRESS Periodismo Febrero 2008 Nº 40 32:34 ISSN: 1666-8880

CAÍDA DE LAS RAMAS

El problema de la caída de ramas si bien es menor que el de la caída de los ejemplares no deja de causar inconvenientes en el medio urbano tanto par ala circulación como para los servicios y bienes afectados, veremos aquí algunos de los casos a tener en cuenta y como resolverlos.

Especies con grandes ramas quebradizas.

Hay un grupo de especies o sus variedades cultivadas que presentan problemas porque paulatinamente se le van desgajando ramas a lo largo de su desarrollo, en el ambiente urbano suele suceder que ramas mejor iluminadas se desarrollan más y su peso y brazo de palanca hace diagnosticar su posible rotura, las mismas deben ser sostenidas, acortadas o apeadas para evitar accidentes, algunas de las especies que han presentado este problema en Rosario han sido los grandes eucaliptos (Eucaliptos spp.) y los Ibirá puitá (Peltophorum dubium). El control y manejo de estos ejemplares por un especialista debe ser periódico, acortándose o amputándose las ramas que puedan presentar problemas, aquí no se justifican tensores o riendas porque al ser ejemplares de estructura quebradiza su colocación en ramas puede ser más una causa agravante que una solución permanente

Axilas agudas con corteza incluida

Se genera este tipo de problema, fácil de detectar, en las axilas de las ramas o entre las ramas y troncos de árboles cuya estructura tiene horquetas agudas y en las que la corteza entre ambos brazos queda aprisionada las ramas al crecer presionan una contra la otra y la corteza actúa impidiendo el normal acople de los tejidos, las presiones que generan ambas estructuras al ir creciendo en diámetro y el brazo de palanca producido por la longitud de la rama que se aparta y su peso hace que termine desgajándose.







En la mayoría de los casos cuando uno detecta este tipo de malformación estructural puede solucionarla amputando desde la base la rama menor (a), o colocando pernos o tensores en el caso de troncos o ramas gruesos que quiera mantener (b) (ver Revista Nº 23 pág , pero hemos visto ejemplares con numerosos problemas de ésta índole en toda su estructura, mientras que otros de la mismo especie no, por lo que aparentemente tiene bases genéticas y cuando presentan ésta conformación deberían ser seleccionados y eliminados en vivero, algunas de las especies que hemos detectado que han presentado ejemplares con este problema son lapacho rosado (Tabebuia impetiginosa), Sauce (Salix humboldtiana) e Ibirá puitá (Peltophorum dubium).


Ramas largas (levantables)

No todas las ramas largas son un problema, pero cuando son largas debemos estudiarlas pues su brazo de palanca es mayor. Si a este desarrollo desproporcionado le agregamos el peso del material y al mismo, el peso del agua, que es mayor cuando mas se mojan las hojas, (las distintas especies tienen diferente nivel de mojado de acuerdo al tipo y madurez de las hojas), vemos que las fuerzas que están en juego son altas. Para evaluarla tenemos que tener en cuenta que en una rama la madera trabaja como si fuera un caño, sucesivas deposiciones circulares de madera a lo largo de los años conforman ese tipo de estructura lo que determina que la porción superior de una rama horizontal trabaje a la tracción (fibras mas juntas gimnospermas y más separadas angiospermas), mientras que la porción inferior trabaja a la contracción y flexión (fibras mas juntas angiospermas y más separadas gimnospermas),

Cuando los vientos huracanados cambian las leyes de juego y “levantan” las ramas de las dicotiledóneas que crecieron evolucionando en un régimen de presión gravitacional sobre todo en la base de la misma donde el brazo de palanca es mayor, la estructura no resiste porque la parte superior es resistente a la tracción pero no a la flexión y la rama se quiebra. Como consecuencia de ello debemos tomar mayores precauciones cuando desprotegemos las ramas bien desarrolladas (raras) del sur de nuestros grandes árboles.
Ramas inclinadas u horizontales con heridas en las partes superiores

Observamos que algunas quebraduras se producen cuando una rama erosiona la parte superior de otra que se encuentra debajo, no importa lo fuerte y resistente que sea esta última ya que, a lo largo del tiempo, y a los movimientos que motiva el viento se van erosionando mutuamente, con la diferencia que la de arriba destruye el cambium superior de la otra, lo que no solo permite la acumulación de agua de lluvia y esporas de hongos (por el desarrollo de los labios cicatriciales), con las consiguientes problemas sanitarios, sino que con el tiempo la fibras superiores, tractoras no se forman y la rama o tronco se quiebra,

hemos visto grandes troncos de Quebracho colorado (Schinopsis balansae), quebrados por ramas mucho menores y mas débiles de Garabato (Acacia praecox), estamos pensando incluso que los aguijones retrorsos de esta última especie, que tanto daño nos causan, con el viento les sirven para enganchar las ramas jóvenes de vecinas, y se transforman en un mecanismo de trepada y subordinación, que con el tiempo le “abre” el dosel a los grandes ejemplares.

Ramas con bases comprometidas por antiguas podas inadecuadas:

Muchos de nuestros plátanos y otras especies urbanas han sido sometidos a podas en cabeza de gato o despuntados o recepados en altura durante las sucesivas gestiones de políticos incompetentes o mal asesorados, en los bordes de las heridas y zonas extraídas se producen rebrotes que con el tiempo se desarrollan en nuevas ramas con la base herida o mal consolidada, éstas zonas heridas a veces atacadas por hongos y degradadas comprometen estructuralmente la base de las nuevas ramas y las tornan peligrosas. Tareas de limpieza de caries basales, colocación de tensores y acortamiento de las ramas o directamente extracción se hacen necesarios para evitar la rotura y mayores consecuencias.

Criterios para la disminución del tamaño de las ramas:

Ante la posibilidad de problemas estructurales o de interferencia con servicios uno poda o extrae el extremo de las ramas para evitar que siga creciendo en esa dirección y disminuir el peso de la misma,

en líneas generales puede decirse que las ramas cortas pueden ser disminuidas hasta en un 50% de volumen en la parte distal, las medianas en un 20% y las largas deben ser amputadas en la base ya que si le disminuimos más la fronda no pueden alimentar todo el conjunto y termina decayendo lo que nos lleva a la conclusión de que hay que estar atentos para conducir las ramas durante su desarrollo ya que es mucho más fácil hacerlo cuando son pequeñas o medianas.


Figuras 1 y 4 Tomada de Shigo y 2 de manual de maderas (modificadas).




Bibliografía


Shigo, Alex L. (1994). Arboricultura moderna compendio. Shigo and Trees Associates Durham. EEUU. 152 pág.

E. F.Pire, Inv. Adj. CONICET, Prof. Adjunto Cátedra de Ecología y miembro Asoc. Amigos del Arbol